16/02/2015

La enseñanza del Derecho según la Institución Libre de Enseñanza (Publicación)


1. Interés actual


A finales del siglo XIX las Facultades de Derecho fueron protagonistas y precursoras de un movimiento de renovación pedagógica –el de la llamada “Institución Libre de Enseñanza”­ (en adelante, ILE)– cuya influencia, en los niveles no universitarios, llega hasta nuestros días. En cambio, sus propuestas orientadas a la enseñanza universitaria y, en concreto, a la enseñanza del Derecho, han tenido un eco muy amortiguado en la parte central del siglo XX. Recién iniciado el siglo XXI, el llamado “proceso de Bolonia” ha introducido en nuestras Facultades –de forma esencialmente exógena, todo hay que decirlo– el debate de las relaciones entre pedagogía y Derecho, debate que se ha movido, en su mayor parte, entre la virulencia de movimientos populares salvíficos y una cansina y huera burocracia, entre mensajes apocalípticos y vana nomenclatura. Buen momento para revisitar a quienes, hace un siglo, reflexionaron y debatieron sobre cómo debía ser la enseñanza del Derecho.



2. La pedagogía española nació en las Facultades de Derecho


En tiempos en que la relación entre pedagogos y profesores de Derecho es tan intensa como tensa, no viene mal recordar que en España la disciplina universitaria de la pedagogía –entendida como ciencia de la educación– se forjó, a partir del germen de la ILE, en las Facultades de Derecho. Es verdad que la ILE nació de una circunstancia que afectaba especialmente a las Facultades de Derecho –las limitaciones impuestas por el ministro Orovio a la libertad de cátedra y la expulsión de varios catedráticos de Derecho–; y es verdad que las Facultades de Derecho ostentaban en aquel entonces el papel más protagonista de entre las Facultades universitarias. Pero no deja de ser llamativo que siete de los diez miembros fundadores de la ILE fueran profesores de Derecho y que ya desde su fundación asumieran que su marco de actuación no se limitaba a la enseñanza universitaria; y que fuera un catedrático de Filosofía del Derecho y Derecho Internacional, Francisco Giner de los Ríos, quien lideró la ILE y dirigió las primeras publicaciones e investigaciones sobre lo que podríamos considerar la pedagogía moderna, incluyendo la formación del titular de la primera cátedra de Pedagogía, creada en 1905 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad central: Bartolomé Cossío, su discípulo más directo. Incluso llama la atención que, entre los más destacados “institucionistas” de segunda generación, ya con un sesgo pedagógico más pronunciado, se cuenten algunos licenciados en Derecho, como Guillem Cifre de Colonya o Alberto Jiménez Fraud. Además y para terminar, en esta segunda mitad del XIX, ilustres catedráticos de Derecho, además del propio Giner de los Ríos, dedicaron parte de sus energías a reflexionar y escribir sobre la enseñanza no universitaria, como, entre otros, Laureano Aguilera , Segismundo Moret , Rafael María de Labra, José Castillejo y AdolfoPosada  .

3. “Institucionistas” que se han ocupado de la teoría y práctica de la enseñanza del Derecho


Lógicamente, fueron los miembros de la ILE de profesión jurídica quienes se pronunciaron sobre la enseñanza del Derecho y quienes intentaron aplicar en su docencia universitaria los principios “institucionistas”. Además de dos precursores como Francisco Giner de los Ríos y Gumersindo de Azcárate , se han ocupado de la enseñanza del Derecho o han dejado testimonio de la aplicación práctica de la metodología “institucionista” catedráticos como Pedro DoradoMontero (Derecho Penal), Eduardo Soler Pérez (Derecho Político) o Luis Jiménez de Asúa (Derecho Penal).

Mención especial merece el llamado “grupo de Oviedo”, constituido en la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo, a caballo entre los dos siglos, del que formaron parte, entre otros, los catedráticos Leopoldo Alas (“Clarín”) (Derecho Romano y luego Derecho Natural) , Adolfo Álvarez Buylla (Economía Política y Hacienda Pública), Aniceto Sela (Derecho Internacional), Adolfo Posada (Derecho Político), Félix de Aramburu (Derecho Penal), Fermín Canella (Derecho Civil),  Rogelio Jove y Bravo (Derecho Administrativo) y, con una menor participación en cuanto a la enseñanza del Derecho, MelquiadesÁlvarez y Rafael Altamira (Historia del Derecho) .


2 comentarios:

  1. Menéndez Pelayo, en su "Historia de los heterodoxos españoles", lo considera, después de Salmerón, “la mayor lumbrera de la escuela”, “personaje notabilísimo por su furor propagandista, capaz de convertir en krausistas hasta las piedras, hombre honradísimo por otra parte, sectario convencido y de buena fe”, “fecundísimo, como todos los krausistas, en introducciones, conceptos y programas de ciencias que nunca llega a explanar”, y concluye el sabio montañés, “¡Pobres pedagogos, que soñaron ser regeneradores de un mundo! ¡Cuánto mejor les estaría perfeccionarse en la letra cursiva y en el método Iturzaeta! ¡Qué semillero de D. Hermógenes han sido aquí las dichosas escuelas normales, nacidas por torpísima imitación francesa!”. Cuánto mejor nos habría ido, si las ocurrencias pedagógicas, de buena fe en Giner, no tanto en otros, no hubieran llegado hasta nuestros días y colonizado las débiles mentes de nuestros políticos.

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  2. Gracias por la referencia. Como se ve en nota 80, D. Marcelino no tragaba a la ILE, aunque perdonaba la vida a Giner de los Ríos.
    Me imagino que el "método Iturzaeta" era el antecedente de los famosos cuadernos Rubio.

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